jueves, 28 de enero de 2010

habitación con vistas a tu piel

Cierro los ojos y puedo recordar esas frases dichas de madrugada con el alcohol en los labios, cuando dijiste conozco un chino cerca para cenar seguido de un inventa un nombre falso y dejalo en recepción. Al llegar había champagne que habías pedido al camarero con dos copas, una para ti y otra para mi... Nada más entrar me dijiste que se te había hecho eterno siglo y tres minutos, y yo me reia, sólo a ti se te ocurren esas frases tan raras. La botella de champagne estaba abierta dentro de la cubitera, con un trapo de hilo blanco que la cubria, todo con mucha elegancia. Cogí la botella y mirando las copas bebí a morro mientras tu encendias ese 'canuto bien cargado en tu honor' que tu sólo te fumaste

Volvías a hablar sin sentido pero yo te escuchaba como si lo que decías fuese lo más importante en el mundo. 'Para mi girar es lo más importante del mundo, ir de ciudad en ciudad, subir al escenario me llena, no se que haría si no hiciese música, dormir en una cama diferente cada día, hotel dulce hotel, hogar triste hogar, estatuas de sal, habitación con vistas a tu piel'. No pude evitar sonreir dulcemente, era nuestro momento, yo era la única esa noche y tu eras el único siempre.

Tumbados en la enorme cama mientras yo te daba la espada me décías que abriga más cuando es furtivo el amor, lo de siempre. Tendría que estar acostumbrada a eso y a ver el par de botas medio rotas que descansan a los pies de la cama. Me acerqué a la ventana para poder ver las olas romper con la luz de las farolas del malecón, sentí tus labios en mi nuca, tus manos en mi cintura y ttu aliento en mi oido 'ponte el liguero que por reyes te regalé, ven a la cama nos persigue el amanecer' y obediente acepté meterme otra vez en esa gran cama. Volvías a hablar sobre los hoteles y las habitaciones 'con vistas a tu piel' y claro, yo volvía a sonreir mientras veia como el sol poco a poco entraba en la habitación por mucho que yo le pidiese unas horas más

Mientras me vestía con la misma tristeza de siempre te escuchaba murmurar no es que no quiera es que no quiero querer. Apretaba los ojos como todas las mañanas que pasamos juntos intentando reprimir las lágrimas y recomponiendo mi cara, te miré con media sonrisa y tu me acariciabas la espalda diciendo cosas absurdas sobre que esos encuentros no eran buenos para ninguno de los dos y me volvías a tirar encima de la cama besándome como si el mundo se fuese a terminar al salir de la habitación hay una llama que me quema cada vez que te veo a la vez que me acariciabas....


En la puerta del cuarto setenta y dos nos despedimos y ya en el ascensor llorando te mandé un mensaje al movil 'hotel dulce hotel, hogar triste hogar, habitación con vistas a tu piel'...

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